Ingredientes
Whiskey irlandés, Café, Azúcar, Nata montada
Historia
Irish Coffee
“If you going to San Francisco…”
Al hablar del ‘Irish Coffee’ o café irlandés, lo primero que podríamos pensar es que eso de mezclar whisky con café lo llevan haciendo los irlandeses desde que levantaron el Castillo de Cahir en la edad media, y probablemente así sea.
Pero la cuestión en este caso, es de dónde sale el ‘Irish Coffee’ tal y como lo conocemos y se prepara hoy; y esto nos lleva hasta el aeropuerto de la ciudad de Shannon Town (Sionainn en irlandés), una pequeña ciudad de poco más de diez mil habitantes situada en el condado de Clare, en la provincia de Munster, ubicada al oeste del país junto a la costa del Atlántico. Un retraso en un vuelo, hizo coincidir a Stanton Delaplane, escritor de viajes para el ‘San Francisco Chronicle’, y a Joe Sheridan, cocinero del aeropuerto, quien tuvo la genial idea, o quizás tradición, quién sabe, de añadir whisky al café, para contrarrestar el frío de los pasajeros. Delaplane, era uno de esos pasajeros, que no dejó pasar la oportunidad de preguntar a Sheridan por el mágico brebaje que había preparado.
De vuelta en San Francisco, Delaplane junto a Jack Koeppler, propietario por entonces del ‘Buena Vista Café’, se involucraron de lleno en intentar recrear aquella mezcla de whisky y café que aún saboreaba tras su viaje por Irlanda. Trabajaron en diferentes versiones de la bebida hasta conseguir casi el resultado que buscaban. Reconocieron dos errores: el sabor ‘no era del todo correcto’ y la crema no flotaba, y si bien es verdad que sus esperanzas de reproducir la mezcla se vieron mermadas, no cejaron en su empeño. Jack siguió persiguiendo la idea de crear ese escurridizo elixir como si fuera tras el mismísimo grial, que le llevó incluso a él también hasta el aeropuerto de Shannon. A su regreso continuaron experimentando. Seleccionaron el whisky irlandés que más se acercaba al sabor que buscaban. Luego, la cuestión de la crema los llevó hasta la puerta del alcalde de San Francisco, George Christopher, lechero de oficio, quién les sugirió el método para hacer flotar la crema en el café: la crema debía dejarse reposar durante 48 horas, para que fuera más densa y no se fuera al fondo del vaso.
El 10 de noviembre de 1952, Buena Vista Café comenzó a servir su Irish Coffee, el que conocemos hoy y el que tantas molestias se tomaron en recrear, y según su recuento han servido más de treinta millones de copas de ese sueño.
En la actualidad, el Buena Vista Café sirve unos mil Irish Coffee al día.
Una vez más, el mundo de la coctelería nos deja otra historia con los mismos ingredientes: azar, sueños, experimentación, trabajo, perseverancia y también éxito.
Mirémoslo de esta manera: cada vez que entramos en uno de estos establecimientos como el Buena Vista Café, estamos realizando el mismo viaje que iniciaron estos dos amigos hasta conseguir ‘su grial’.
El Irish Coffee consiste en la mezcla de whisky irlandés, una cucharada de azúcar, café y cubierto con nata montada. Generalmente se utiliza un café suave, tipo americano, aunque en Chaman optamos más por el espresso, y que la proporción de whisky no sea demasiado alta, de modo que resulte agradable al paladar.
En Chamán elaboramos el café irlandés mezclando el whisky con azúcar moreno y lo flambeamos; pensamos que es la mejor forma de conseguir que esta bebida quede equilibrada, más fácil de tomar y apreciarla mejor. A continuación, añadimos el café, espresso. Servimos, coronamos con nata montada y adornamos con algunos granos de café.
Elaboración
El Irish Coffee consiste en la mezcla de whisky irlandés, una cucharada de azúcar, café y cubierto con nata montada. Generalmente se utiliza un café suave, tipo americano, aunque en Chaman optamos más por el espresso, y que la proporción de whisky no sea demasiado alta, de modo que resulte agradable al paladar.
En Chamán elaboramos el café irlandés mezclando el whisky con azúcar moreno y lo flambeamos; pensamos que es la mejor forma de conseguir que esta bebida quede equilibrada, más fácil de tomar y apreciarla mejor. A continuación, añadimos el café, espresso. Servimos, coronamos con nata montada y adornamos con algunos granos de café.